14 octubre, 2007

Contrastes


Hay fines de semana que son muy distintos a los demás, y éste ha sido uno de ellos. He tenido sensaciones muy diversas.
Mi hernana se ausentó por asuntos personales y me hice cargo de mis sobrinos y mi padre por tres días, nada incómodo, los sobrinos son mayorcitos, y mi padre, aunque muy anciano ya, no ha dado mucha guerra.
El padre de mis amigos los mellizos, dejó de respirar el jueves, un cáncer con prisas le obligó a marcharse en quince días (igual que mi madre). Era un hombre que se cuidó, no fumó, no bebió. Hacía tiempo que no lo veía, pero es de esas personas que respetas, que recuerdas con afecto, con entrañable afecto. Por añadidura, me entero en el funeral que su cuñado Javier, casi de mi edad, a quien también tenía mucho cariño, también marchó hace un año de la misma enfermedad, era deportista, fuerte, corredor de maratones...
En el funeral me encontré con mi ex familia política, les sentí avergonzados hacia mí. Debiéndome.
Reflexionando entre cervezas con mi amigo Pepe, que fuma y sufre los efectos de tabaco, le comento la paradoja... casi disculpándome por mi acoso reciente para que seje de fumar, llevo meses militando contra el tabaco, pero éstas dos personas se han ido igual.... ¡Qué cosas!
El caso es, en definitiva, que cuanto más pasa el tiempo, más personas conoces, y más van marchando. Supongo que de ahora en adelante será cada vez más frecuente. Tristeza.
En fin....
Me expongo a éstas reflexiones y vuelvo al fin de semana...
He cocinado como a mí me gusta, con tiempo, con alegría, y me ha salido muy bien. He descansado, leído, reído, dormido... he estado con mi padre y sus cosas. He estado cerca.
El viernes, hacía 20 años que me casé (me divorcié hace quince)... y ni me acordé.
El domingo hacía 14 años que le dí el primer beso a Victoria, con quien salí tres años. Nos quisimos, pero dieciséis años de diferencia de edad eran muchos a mi entender. Me llamó para darme un abrazo y un empujón al ánimo.
Ana no para de llamar, tendré que hablar con ella, pero... ¡Qué le digo!
Me han llamado mis amigos y mis amigas para salir, pero tenía el fin de semana dedicado. Es curioso, con esto de la telefonía adherida al ser, todo el mundo aplaca la desidia, el aburrimiento, la ilusión, la añoranza... con sólo nueve golpes de pulgar. Igual te dan una alegría que te atacas de ansiedad. Ha sido curioso. Quizá he echado en falta esa llamada "especial" que te hace llevar los móviles encima de un sitio a otro, de quien quieres que te llame y quien no tiene nunca batería en fin de semana. ¡ Qué se le va a hacer!
Hablando con Paqui una de mis amigas, con quien comparto mucha confianza, me contó que Rosa y Rafa, han tenido éstos días su segundo hijo, una niña. Y me narra con ternura la escena de la salida del quirófano, los padres de ella muy mayores, ancianos, el hijo de diez años (el mayor a partir de ahora) , a ella la sacan con la niña recién nacida, y Rafa, emocionado, entrecortado, llorando le da las gracias a su mujer por haber tenido a la niña... lágrimas de todos, del matrimonio, de los abuelos.... del celador que estaba cerca ...
He hablado con Marga que me riñe porque no escribo mucho últimamente. Siempre es fascinante hablar con ella.
Paloma me manda un msn, que tiene desde hace meses un reloj mío, que cuándo me lo da.
Un fin de semana con principio de una vida, con la vida entre medias, con reposo y recuerdos, y con un final de una vida.

Un fin de semana para recordar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi querido amigo, sabes que me encanta leerte, ver cómo pones tus sentimientos en lineas, palabras... saber de ti, de aquello que te ocupa o preocupa, siempre es una manera de compartirte.
Nos haces felices a muchos que te queremos.

Gracias por ser mi amigo y por estar ahí.

Un besote

Marga

Anónimo dijo...

Cuando no sepas que decir.
Di la verdad.