30 octubre, 2007

Duelo desigual a primera sangre...



Una reflexión estúpida:

¿Habeis caído en la cuenta, de que en esas relaciones de amor no correspondido, ... el/la enamorado/a se debe mostrar vulnerable, quizá hasta provocar su autoagresión o la agresión del amado/a para terminar de sufrir, olvidar o en el mejor caso mudar... sus sentimientos?
Quiero decir que uno, amando sin ser correspondido, se entrega, se hunde en su desesperación, se deteriora mientras quien debe corresponder sufre o desprecia el afecto que le proponen, llegando con su indiferencia o su contestación a lastimar voluntaria o involuntariamente a quien le pretende.
Es un caso en el que es la caza quien provoca que le disparen, y el cazador sólo puede intentar decidir cuando, a veces con la tensión del desespero, o con la lúdica de un cruel deporte...
La única forma que se me ocurre para evitar tal trance es el sentimiento reservado, secreto, mudo... pero seguirá siempre el recuerdo de lo que pudo haber sido si se hubiera manifestado, como si se inoculase a sí mísmo un veneno latente que no llega a desempeñar su función.
Y... paseando un poco más allá del sentimiento... cuando no ha de ser correspondido.
¿Qué arma debe escoger quien no corresponde a las incómodas propuestas de amor del incorrespondible amante para contener su dolor al mínimo posible...? ¿La sedación? ¿La energía? ¿O quizá para éste caso ha de ser un arma a medida... que propone el propio reo del insatisfecho sentimiento...? Dénle al verdugo clarividencia para saber qué arma precisa su víctima voluntaria, lo ruego.... y prontitud para usarla.
¡Triste destino de los enamorados que penan hasta provocar su condena y además elegir el arma!
Deberíamos inventar un truco, una fórmula, un hechizo...
que tornara el vano sentimiento en fértil ...
al enamorado en hábil conquistador ...
al conquistado en enamorado ...
al reo en un ser feliz y al verdugo en genial amante.

14 octubre, 2007

Contrastes


Hay fines de semana que son muy distintos a los demás, y éste ha sido uno de ellos. He tenido sensaciones muy diversas.
Mi hernana se ausentó por asuntos personales y me hice cargo de mis sobrinos y mi padre por tres días, nada incómodo, los sobrinos son mayorcitos, y mi padre, aunque muy anciano ya, no ha dado mucha guerra.
El padre de mis amigos los mellizos, dejó de respirar el jueves, un cáncer con prisas le obligó a marcharse en quince días (igual que mi madre). Era un hombre que se cuidó, no fumó, no bebió. Hacía tiempo que no lo veía, pero es de esas personas que respetas, que recuerdas con afecto, con entrañable afecto. Por añadidura, me entero en el funeral que su cuñado Javier, casi de mi edad, a quien también tenía mucho cariño, también marchó hace un año de la misma enfermedad, era deportista, fuerte, corredor de maratones...
En el funeral me encontré con mi ex familia política, les sentí avergonzados hacia mí. Debiéndome.
Reflexionando entre cervezas con mi amigo Pepe, que fuma y sufre los efectos de tabaco, le comento la paradoja... casi disculpándome por mi acoso reciente para que seje de fumar, llevo meses militando contra el tabaco, pero éstas dos personas se han ido igual.... ¡Qué cosas!
El caso es, en definitiva, que cuanto más pasa el tiempo, más personas conoces, y más van marchando. Supongo que de ahora en adelante será cada vez más frecuente. Tristeza.
En fin....
Me expongo a éstas reflexiones y vuelvo al fin de semana...
He cocinado como a mí me gusta, con tiempo, con alegría, y me ha salido muy bien. He descansado, leído, reído, dormido... he estado con mi padre y sus cosas. He estado cerca.
El viernes, hacía 20 años que me casé (me divorcié hace quince)... y ni me acordé.
El domingo hacía 14 años que le dí el primer beso a Victoria, con quien salí tres años. Nos quisimos, pero dieciséis años de diferencia de edad eran muchos a mi entender. Me llamó para darme un abrazo y un empujón al ánimo.
Ana no para de llamar, tendré que hablar con ella, pero... ¡Qué le digo!
Me han llamado mis amigos y mis amigas para salir, pero tenía el fin de semana dedicado. Es curioso, con esto de la telefonía adherida al ser, todo el mundo aplaca la desidia, el aburrimiento, la ilusión, la añoranza... con sólo nueve golpes de pulgar. Igual te dan una alegría que te atacas de ansiedad. Ha sido curioso. Quizá he echado en falta esa llamada "especial" que te hace llevar los móviles encima de un sitio a otro, de quien quieres que te llame y quien no tiene nunca batería en fin de semana. ¡ Qué se le va a hacer!
Hablando con Paqui una de mis amigas, con quien comparto mucha confianza, me contó que Rosa y Rafa, han tenido éstos días su segundo hijo, una niña. Y me narra con ternura la escena de la salida del quirófano, los padres de ella muy mayores, ancianos, el hijo de diez años (el mayor a partir de ahora) , a ella la sacan con la niña recién nacida, y Rafa, emocionado, entrecortado, llorando le da las gracias a su mujer por haber tenido a la niña... lágrimas de todos, del matrimonio, de los abuelos.... del celador que estaba cerca ...
He hablado con Marga que me riñe porque no escribo mucho últimamente. Siempre es fascinante hablar con ella.
Paloma me manda un msn, que tiene desde hace meses un reloj mío, que cuándo me lo da.
Un fin de semana con principio de una vida, con la vida entre medias, con reposo y recuerdos, y con un final de una vida.

Un fin de semana para recordar.