23 mayo, 2005

Allí

Volví allí.
Esta vez tranquilo, despreocupado, con ilusiones renovadas.
Esta vez a respirar amistad, a prescindir de lo preciso,
a disfrutar lo necesario.
Era como lo recordaba? No! Más !!!

Encontrar a los amigos que te esperan con ilusión.
Hay pocas felicidades comparables !

Una Luna inmensa y tímida se abrigó en las nubes y nos prometió volver, y nosotros le prometimos lo mismo. Quedó el compromiso.
Luego, tras la cena, las risas. María traviesa, también vino.
Y un paseo, no muy largo, con la sutíl tutela de la luz que la luna no podía contener.
Hacia la pequeña presa, al rumor de su colmado cauce, entre árboles testigos, altos, imponentes, majestuosos. Todos igualados por su altura... Sauces, Chopos, Pinos... Inmensos. Hasta los pájaros se resistían a descansar en esa noche.
Un remanso de cemento inclinado fué sufuciente para disfrutar, en una hora inmensa, de minutos gigantes. Entre burbujas y risas. Entre serenidad y charla. Entre silencios nostálgicos.
Alguien disfrutaba de la calma, del descanso.
Otro relataba con exactitud poética cómo jugaban las corrientes del agua embrujada.
Otro sabía en que ocupar su silencio privado, casi melancolía contenida, casi invitándose a un tránsito del tedioso hastío a la próxima ilusión.

Tropecé con la frase de la semana: "Amigo, que lo bueno no te impida disfrutar de lo mejor ! "

He vuelto a estar en Las Rochas, en una maravillosa noche iluminada sin Sol.

3 euros entrada y cerveza

Había cultivado su mostacho hasta pasado el ridículo,
con esmero, durante años lo trabajaba a diario,
el efecto era extraño, tan largo, curvado y fino,
tan hacia arriba y engominado,
que parecía encarcelar capacidad olfativa entre paréntesis,
efecto sin duda ordenado por su subconsciente,
pues seguro que lo que había logrado en su vida,
con su esforzado y apocado buen gusto,
no le daba bien en la naríz !
Ni a él ni a casi nadie de los que infelizmete, en su día de relax turístico,
se tropezaban con su intento de inmortalizar su ego egoísta,
a los que ofrecía consumición con la entrada,
puede que por vergüenza, o más posible, en defensa de su integridad física.
Despropósito de esfuerzo e intención desacertada.
O quizá, tan sólo, mal gusto.

04 mayo, 2005

Nota en tu Refrigerador


He pasado por tu corazón y he parado a saludar.
No estabas y te dejo esta nota:

"Me voy, no quiero estar solo [ ¿sólo? ] aqui.
Venía a quedarme un rato.
Cierro despacio. No soporto los portazos.
Adiós."