22 noviembre, 2006

Cientos de grises, miles de ocres, todos los verdes; La magia del Otoño se apoderó de mi retina y se acomodó en mi memoria... Chasquidos, susurros, vientos y silencios todos ellos anidaron en mis ratos de sosiego... Todos ellos aportados por la naturaleza de un paraje encantador, con dioses de la mitología, con leyendas escalofriantes, Hercules daba golpes y creaba inmensos lagos, Los volcanes eructaban
Civilizaciones pasadas que desmigajaron su huella para que las siguientes las intentaran destruir... y así sucesivamente... Grandes pensadores, políticos, nobles, religiosos... Reyes, Papas... conseguidores de poder, de fuerza, boato, festin y vicios... de tesoros incalculables, de un hueco en los libros de historia, a un costo de sacrificio, trabajo y esfuerzo... dedicación, de luchas, guerras y muertes
Exquisita armonia de un despreocupado asepcto decidido por unanimidad, quien lo ha visto me entiende... Podría ser sintético y a poco que se rebuscara entre los colores modernos de las fachadas del turismo, jamás se acertaría con el exacto tono de la vejez despreocupada, como una construcción de piedra roca volcánica y un cemento mezclado con oscuros pardos. Imposible darle color al gris. Un gris languido, marchito y ajado, un gris débil, sin vigor y flojo, un gris lacio..

No hay comentarios: